miércoles, 4 de noviembre de 2009

En crisis


Por Rocío Tauber


Luego de la época dorada de los años 60 fue menguando poco a poco hasta conformar la realidad de hoy. Cuestiones políticas, administrativas y culturales hicieron que este deporte pierda su luz.


La popularidad y la difusión del boxeo en el país ibérico están en la lona. Las políticas llevadas adelante por el Gobierno, de la mano del desinterés por parte de los medios de comunicación, en especial de la televisión, sumadas a las negativas de ciertos sectores de la sociedad, pusieron al pugilismo entre las cuerdas.
Lejos está del auge de la Gracia Antigua donde los sectores más adinerados practicaban y disfrutaban de este juego. Remoto el jolgorio que generaban los Juegos Olímpicos, donde éste deporte fue parte de la base para su surgimiento y desarrollo.
Ni que hablar de los años de esplendor en España. Los esplendorosos años 60 y 70 donde el boxeo alcanzó con creces a formar parte de la vida deportiva de un gran número de españoles. Púgiles de renombre que alcanzaron altísimos niveles y lograron títulos a nivel mundial.

ÉPOCA DE GUANTES EN ALTO Y FUROR POPULAR

El ligero Pedro Carrasco García fue uno de ellos, con un estilo fino y noble que lo caracterizó. Consiguió el título mundial (WBC) en una ocasión y se coronó seis veces Campeón de Europa (EBU).
Pedro Fernández Castillejos, más conocido como “Perico”, también conforma parte de la historia célebre boxística por la década del 70. Disputó 125 peleas, en 82 de ellas cantó victoria, 28 combates fueron nulos y en 15 fue derrotado. El ligero se proclamó Campeón de España, de Europa y del Mundo a los 21 años de edad y en tan sólo un lapso de 57 días. Un verdadero récord y orgullo del boxeo español.
El conocido José Manuel “Urtain” también fue un glorioso de este deporte y gozó de gran fama en su país impulsado por los medios de comunicación. Debutó en 1968 y su carrera se extendió hasta 1977. Logró un asombroso récord de 27 victorias consecutivas por KO y obtuvo el título de Europa de los pesos pesados.
José “Manos de Piedra” Durán se convirtió en una leyenda consagrada de este deporte. Se coronó Campeón Mundial de los pesos Super Welter y pasó a ser tapa de todos los diarios locales.
Éstos fueron algunos de los más reconocidos y respetables boxeadores que se hicieron un lugar en las páginas de la histórica en este país. En esos años de euforia y popularidad lo único que se podía augurar sobre este juego era un gran progreso y un importante desarrollo a nivel nacional y mundial. La situación epocal de gloria y entusiasmo no vislumbraba en su horizonte de expectativa el ocaso del boxeo.

VARIAS RAZONES, UNA SECUELA

Hoy la realidad es otra, muy distinta de aquellos años de guantes de oro. No hay un único porqué que pueda explicar la situación pugilística de estos días. El movimiento político, las estrategias de los medios de comunicación, la realidad social, las cuestiones culturales y las malas administraciones conformaron un abanico de situación que muy lejos está de la gloria de los años anteriores.
La sombra fue creciendo progresivamente opacando la luz del deporte noble. Las sospechas sobre los administradores de la institución del boxeo, los fantasmas de la corrupción y los conflictos con otras federaciones empeoraron el panorama. Cada día menos gimnasios dispuestos a preparar a los deportistas, escasez de entrenadores, falta de boxeadores con vocación y sed de triunfo. Más interés por otros deportes que ganaron terreno en España, más lugar en los medios de comunicación a cuestiones que generaban audiencia y fomentaban otros intereses.
Muchos consideran que la ausencia de la televisión en este juego fue clave para generar la crisis en la que está inmerso. Sólo recuerdos quedan de las famosas veladas de boxeo que aglutinaban a miles de personas. La no televisación hace que este deporte no adquiera suficiente publicidad y, por consiguiente, lo sumerga en el olvido.
Todo fue agregando su granito de arena. Los púgiles no son bien recompensados. Su esfuerzo, dedicación y pasión por el deporte no fueron suficientes para obtener el reconocimiento social que merecían. La práctica local se desvalorizó en demasía, lo que derivó en que muchos boxeadores fueran a luchar a otros países en los que la paga era más redituable y donde eran reconocidos como estrellas.
España poco a poco fue testigo de la paulatina decadencia de este deporte. Devaluado, sin brillo y con poco apoyo popular, esa es la realidad del boxeo del hoy.

1 comentario:

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