miércoles, 4 de noviembre de 2009

Entre el prestigio mundial y la crisis nacional


Por Rocío Tauber

Su juego y calidad son reconocidos y admirados por todo el mundo. Sin embargo, la acentuada diferencia entre los clubes poderosos y el resto transforman a su esplendor en sombra.

No resulta novedoso para los aficionados y seguidores del deporte de la pelota naranja oír que Grecia es un grande del básquet. El nivel de sus jugadores, su presencia casi obligatoria en las competencias internacionales y el apoyo de la gente hicieron que el país helénico se vuelva reconocido y destacado por este juego en el mundo entero.
No obstante, la crisis mundial y el crecimiento desmesurado de algunos equipos importantes de la Liga, hicieron que la competencia local se vuelva más monótona, casi previsible y muy difícil de llevar a delante por el resto de los clubes.
La Liga de Grecia está organizada por la Asociación de Clubes de Baloncesto Helenos (HEBA, en inglés) y dio su puntapié inicial por el año 1927. Desde aquel día hasta hoy la competencia se ha disputado unas 69 veces, donde tan sólo fueron nueve los equipos que alguna vez tuvieron el honor de ser los reyes de la práctica.
Hoy en día son 14 los clubes que intentan convertirte en los dueños del título anual. El Pananthinaikos, una de las escuadras más fuertes de la historia del básquet griego, ha ganado el campeonato en unas 30 ocasiones.
Esto pudo haber sido un presagio de lo que vendría años después. En la actualidad, la supremacía de algunos equipos se hizo muy evidente, convirtiéndose en perjudicial para el resto de la Liga que ven con ojos desesperanzados el sueño de ser algún día los líderes.
El Aris Salónica y el Olympiacos obtuvieron la gloria en diez y nueve ocasiones respectivamente. Éstos también forman parte de los clubes más preponderantes que tiene HEBA.
Mientras que el resto son los que intentan dar pelea a la competición de los gigantes, como el Marousi, el Panellionios de Atenas, el AEK y el PAOK, entre varios más.

Históricos y supremos

El Panathinaikos ha sido el eterno ganador del título griego. En los últimos doce años este equipo alzó el premio local en once ocasiones. Logró coronarse cinco veces en la Euroliga, además de jactarse de haber obtenido el título de Campeón del Mundo de Clubes. La hegemonía es casi absoluta.
Sin embargo, en la actualidad la superioridad de esta escuadra ateniense pudo haberse resquebrajado. El Olympiakos se encaminó de manera muy segura a la pelea por el premio. Cansados ya de ver a su máximo rival acumulando títulos y de no poder hacerse con el torneo local hace ya varios años, pusieron todas sus apuestas en poder lograr este campeonato.
Pese a ello, el PAO volvió a confirmar su grandeza que una vez más se tornó indiscutida. Venció en la final al Olympiakos y demostró que su aura de Rey fue más fuerte que nunca, adjudicándose un título más.

La sombra del éxito

¿Cuál puede ser la explicación a tamaño contraste entre unos pocos que obtuvieron mucho y la mayoría que no lograron nada? ¿Puede el nivel prestigioso de este deporte de rango mundial sumergirse lentamente en una crisis local? Son preguntas con respuestas inciertas y confusas.
La diferencia puede volverse entendible si vemos cuál es la realidad de hoy de los equipos más poderosos de Grecia. Con dueños multimillonarios y sumas de dinero incalculables dejan en la oscuridad y casi sin salida al resto de los equipos de la Liga.
Con sólo saber que el Olympiakos es el club que más dinero maneja en Europa podemos dilucidar una posible respuesta. Detrás de éste continúa el Panathinaikos que también es presidido por un poderoso millonario.
Sumando a esta verdad que la crisis mundial no es ajena al básquet griego, la situación local empeora gravemente. El día a día del resto de los equipos es difícil. A los dueños se les hace cuesta arriba, los presupuestos se reducen, y se apagan las contrataciones.
Esto lleva a que el esplendor de este deporte se convierta poco a poco en sombra de los grandes. La calidad de sus figuras ha menguado y los aficionados notan la diferencia.
El pasado fructífero y glorioso de años anteriores, se vuelve en un presente dudoso, y mira al futuro con los anteojos de la esperanza que provoca la pasión por este deporte de gigantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario