martes, 3 de noviembre de 2009

Medios de Comunicación y deportes


Los Juegos Olimpicos de Atlanta 96 fueron el quiebre

La creación del diario Olé, la revista Mística y la señal de cable TyC Sport fundaron una nueva forma de percibir al fútbol y los deportes en nuestro país. Poco a poco, El Gráfico iría perdiendo terreno hasta desaparecer.


Por Marcela Ojea

Quizás el gran acierto de TyC sports fue transmitir el deporte favorito de los argentinos sin competencia alguna. Quizás el éxito vino de la mano de su mejor programa: “Fútbol de Primera”. O quizás haya sido la cobertura en profundidad de los Juegos Olímpicos de Atlanta, Estados Unidos en el año 1996, la que lo consagró con todos los laureles. No se puede afirmar que factor fue el decisivo, porque es muy probable que hayan sido los tres en conjunto, y seguramente alguno otro más, pero lo que no se puede discutir que ese gran monstruo del grupo Clarín, ha acaparado millones de televidentes todos los fines de semana, y también en los días hábiles.
Desde su creación, el 3 de septiembre de 1994, como fusión del Grupo Clarín y Torneos y Competencias nacería la primera señal que pasaría deportes durante las veinticuatro horas: TyC Sports. Si bien inicia su actividad en 1982 a partir de un programa de golf, se hace famoso por la producción de Fútbol de Primera en 1985. Una vez hecha la unión, la empresa no pierde tiempo y crea la Televisión Satelital Codificada y firma un contrato con la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) que le permitían transmitir en exclusividad los partidos de la primera división de fútbol nacional por más de una década; ese beneficio luego se extendería por varios años más.
Carlos Avila, el director de TyC Sports, quería fundar el ESPN argentino para eso compró los derechos de básquet, voleibol, algunos torneos de tenis, entre otros. Los primeros años de vida fueron complicados: compartieron los estudios con Canal Trece, los trabajadores muchas veces no tenían los viáticos suficientes para cubrir acontecimientos como la muerte de Carlos Monzón, o había faltantes de cámaras para los móviles.
Pero está situación poco a poco mejoró, y el quiebre fue la transmisión de los Juegos Olímpicos de Estados Unidos en el 1996, fue una cobertura profunda y llena de detalles. Hasta ese momento, en nuestro país, nunca se había efectuado algo así; por ejemplo en los de Barcelona se habían transmitido por canales de aire, partidos en los que nos representaba Gabriela Sabatini, pero nada más.
Prueba del gran momento de los medios, es que en los noventas el dólar encontraba paridad con el peso argentino, lo que le permitió poder costear los precios de los derechos de transmisión de los Juegos Olímpicos, y el Mundial de Francia 98.
La prensa gráfica del Grupo Clarín en esos años sacó a la venta el Diario Olé, su objetivo era captar a los hinchas de fútbol a partir de la cobertura del día a día de sus equipos favoritos, era pensada para atraer a las masas con las noticias inmediatas; dedicándole a cada club dos o más páginas según la importancia de los hechos. El fanático no tendría que esperar al lunes para saber lo que sucedió durante toda la semana. Todos los días y a muy bajo costo tendría toda la información lo que requería conocer. Además no debería comprar un diario entero para leer un suplemento, Olé era puramente deportivo, lo que incluía el balompié, automovilismo, tenis y lo más relevante de las demás disciplinas. En el mundial del 98, Olé se imprimía en Francia y se podía conseguir en todos los puestos de diarios de ese país.
En abril de 1997 aparecía en el mercado, la revista Mística, publicación que acompañaría los días sábados al Olé. El magazine nació por la necesidad de publicidad para solventar los gastos del medio, el tono era totalmente distinto al del diario, e intentaba captar a los intelectuales que preferían análisis, crítica y lecturas atemporales. Ricardo Roa, el director de Olé definía a la revista como “el espíritu del deporte”, ya que proponía una nueva mirada, reportajes con los protagonistas, historias e investigaciones especiales.
En sus ciento ochenta y seis números, sorprendió con impactantes producciones de fotos, abordó las vivencias, y se caracterizó por notas jugadas que no eran mediáticas, como crisis en las instituciones y las internas de Barras Bravas.
Si bien los medios especializados en deportes crecieron hasta volverse intocables, especialmente los del grupo dirigido por Ernestina Herrera de Noble, también desapareció del mercado la revista deportiva más antigua de la Argentina: El Gráfico. Durante los sesenta, ser tapa del semanario era considerado tan valioso como una medalla, porque representaba notoriedad internacional y ascenso social; la publicación empezaría a perder credibilidad cuando la última dictadura militar - 1976-1983 – llegaba a su fin, por su apoyo a las medidas y funcionando como órgano interno de los represores. La falta de grandes acontecimientos deportivos, la muerte o retiro de sus colosales escritores, y la llegada de TyC Sports en los 90´ la hirió a extremo.
Estos grandes monstruos, consolidaron lo que se puede apreciar en la actualidad como medios exclusivos de deportes. Empresas periodísticas creadas para vender una mercancía que es la información, pero que carece de análisis crítico.

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