sábado, 31 de octubre de 2009

Tapa deportiva: Voley Masculino de la UNLP


Van por más


Por Josefina Seghini

Con buenos jugadores, un técnico con experiencia y muchas ilusiones, la Selección Nacional de básquet anhela poder disputar otra final europea y quedarse con el oro.


Desde sus comienzos, esta práctica deportiva ha adquirido popularidad en la sociedad. Si bien nació producto de la necesidad de realizar un deporte durante el invierno en el norte de los Estados Unidos, el básquetbol se adentró en la vida de los seres humanos, hasta conformarse en uno de los más practicados y consumidos por la gente. El encargado de llevar a cabo este invento fue James Naismith, un profesor de educación física proveniente de Canadá, quién en 1891 lo dio a luz.
Como motivo de su importancia y llegada en las personas, al pasar los años se decidió crear una organización que regule las normas de este deporte. Así fue como surgió la Federación Internacional de Baloncesto, conocido bajo la sigla FIBA. Siguiendo sus pasos nació la Confederación Europea de Baloncesto o FIBA Europa, como una entidad de ese continente que desde el año 2001 tiene autoridad propia, sede en Munich y cuenta con 51 federaciones nacionales afiliadas.

El caso de Serbia no escapa a esta realidad ya que allí el básquet es considerado uno de los deportes más destacados. La Selección Nacional de baloncesto es la encargada de representar a dicho país con su equipo en las competiciones internacionales que organiza la FIBA, o torneos como los Juegos Olímpicos o el Eurobasket. Este último es el máximo encuentro entre selecciones de cada país de Europa, ya sean masculinas o femeninas; todas asociadas a la Federación de Básquet de dicho continente. Esta competencia, que se realiza desde 1935, se da cada dos años, pero siempre de número impar.
Vale resaltar que a lo largo de su historia, la Selección serbia, heredera de la antigua Yugoslavia, ha conseguido una notable distinción en el mundo por la calidad de sus deportistas y por los logros obtenidos en las respectivas competencias internacionales. La federación de básquet de allí ha sido considerada una de las que más jugadores provee a la NBA, producto de su óptimo nivel deportivo.
Si bien el rendimiento no cambió demasiado en la actualidad, en los últimos tres años, la Selección ha sufrido las renuncias de dos de sus entrenadores a cargo en ese momento. Fue en el año 2007, cuando Zoran Slavnic fue cesado de dicha autoridad deportiva tras el mal resultado de su equipo en la última edición de Eurobasket, en la cual fueron eliminados en la primera ronda, al no conseguir ninguna victoria en los tres juegos disputados. Otro fue el caso de Dragan Sakota, quien renunció al mando de la Selección de Serbia, ya que su cargo como entrenador no estaba resuelto del todo.
Esto generó caos en la Federación Nacional, que luego pudo contar con la presencia para ese rol de quien es el Jefe actual de la Selección, Dusan Ivkovic. En su trayectoria la ha llevado a lo más alto del podio en el Mundial de 1990 y subcampeona olímpica en 1988. Además, fue técnico de varios clubes importantes, tales como el Olympiacos, el CSKA de Moscú, entre otros. En su historial, este hombre obtuvo seis ligas con tres países distintos y cinco copas nacionales en Rusia y Grecia.
A pesar de haber tenido una mala actuación en la Eurobasket de las últimas dos ediciones, en el mes de septiembre de este año, Serbia ha participado de dicha competencia continental, llevada a cabo en Polonia. Nada más y nada menos, llegó a la final junto al seleccionado español. A pesar de haber caído 85-63, cifra que le otorgó el oro a España, no todo fue tan malo para los serbios con Ivkovic como entrenador. El logro de disputar tal partido ha hecho que la Selección nacional cambie ese altibajo generado por las malas actuaciones pasadas y pueda ver a futuro, soñando con una medalla más para su historial deportivo. Ojalá lo logren. Aún tienen con qué.

La gente sólo mira a los delanteros


Por Marcela Ojea

Costa de Marfil es un país pequeño y empobrecido ubicado en África Occidental. El deporte resulta ser no sólo un entretenimiento sino una palanca para salir de la pobreza. El espejo de las nuevas generaciones es Didier Drogba, quizás el mejor jugador africano de la historia.



Costa de Marfil es sinónimo de selvas vírgenes, extensas sabanas de verde césped, animales salvajes por doquier, y paisajes que cambian a medida que los kilómetros pasan transformándose en escenarios inimaginables; son lugares que el hombre aún no ha modificado y al llegar a las costas se convierten como por acto de magia en bellísimas playas que simulan paraísos.
La fauna es muy variada, posee panteras, elefantes, chimpancés gigantes, cocodrilos, infinidad de reptiles y mosquitos enormes que atacan a todas horas del día tanto en las ciudades como en las zonas rurales; todo esto rodeado de diversas especies de árboles que son favorecidos por las lluvias que azotan al continente africano en los meses de junio y julio.
Los marfileños viven en territorios poco explorados, chozas humildes, con una industria poco desarrollada, y en una pobreza extrema donde el salario promedio es de ciento treinta y seis dólares por mes, aunque la república posee riquezas minerales como diamantes y petróleo.
Hasta el día de hoy conserva enfermedades antiquísimas como la fiebre amarilla, el tifus y la malaria, males que son propios de las zonas más pobres del mundo, y Costa de Marfil no es la excepción.
Los lugareños se dedican a cosechar la tierra y comen lo que la naturaleza les brinda, los almuerzos se preparan al aire libre y se comparten entre muchas personas. Es común que vivan en comunidades divididas por las etnias que aún se mantienen su lengua original, sus rituales, practicas de religiones ancestrales basadas en magia blanca, curanderos y sacerdotes, llevan adelante su vida de un modo que en occidente se considerarían no civilizadas.
En ese país de 322.000 Km² de superficie ubicado en África Occidental que limita al oeste con Liberia y Guinea, al norte con Malí y Burkina Faso y al este con Ghana, viven cerca de diecisiete millones de habitantes, personas con baja esperanza de vida e inmersos en una miseria absoluta que determina a los sujetos que nacen en esas tierras.

Fútbol: una esperanza de vida

Un 11 de febrero de 1978 nació en Abidján el mejor deportista marfileño. Didier Yves Drogba es hijo de dos empleados bancarios, trabajo que les alcanzaba para vivir modestamente, sin darse demasiados lujos. En Francia la historia era diferente. Allí en la tierra que alguna vez fue la madre y dueña de Costa de marfil, ya que este pequeño territorio fue colonia de los galos hasta 1960; vivía un tío del pequeño Didier, un hombre que había emigrado de su país natal en busca de un futuro cuando era apenas un adolescente, y lo había conseguido.
Michel Goba, se ganaba la vida como futbolista profesional, y fue él quien aconsejó a su hermano para que les enviara a su sobrino de cinco años con él, con la ilusión de que su pariente "tuviera oportunidad de triunfar en la vida", cosa que en su amada pero empobrecida república no podría lograr. Allí el pequeño Dider pasó tres años entre Brest, Anguleme y Dunkerke, aprendiendo a jugar al fútbol, conociendo influyentes magnates franceses y acostumbrándose a un estilo de vida que en Costa de Marfil sólo podría soñar.
Extrañó a sus padres por tres años, pero con el afecto infinito de su tío quién se convirtió no solo en un amigo, sino en un modelo a seguir; cuando “Tito", como era conocido por sus familiares y amigos durante su infancia, regresó a su hogar ya sabía lo que quería ser de grande: una súper estrella de fútbol mundial, pero para eso necesitaba crecer, entrenar y no desperdiciar las oportunidades.
Cuentan conocidos de Drogba, que nunca perdía la oportunidad de jugar a la pelota y que los estacionamientos de autos de su barrio, el distrito de Yopougon Sicogi se convertían en la imaginación de un niño de ocho años en auténticos estadios donde él soñaba que el público gritaba su nombre, pero la ilusión no terminaba allí, en su mente el vestía la camiseta de los elefantes, apodo que lleva la selección de su país, y los hacía clasificar para jugar un mundial de fútbol.
A los once años, el destino lo llevaría nuevamente a Francia, en 1989 una crisis económica hundió a todo el país en un sin fin de problemas, sus padres quedaron desempleados y como la situación era critica se decidieron enviar a Didier otra vez con su tío. Años más tarde sus padres se mudarían a Paris, y desde los suburbios de dicha ciudad el joven de los ojos oscuros empezaría a formar su carácter de luchador y de líder nato.
Ante momentos de discriminación, por pobre, extranjero y negro Didier cerraba los ojos y pensaba en su objetivo que cada vez estaba más cerca, poco tiempo fue el que aguardó porque a los quince años firmó su primer contrato con un club profesional: el FC Levallios de París donde permaneció por dos temporadas (del `94 al `96), allí se transformó en la máxima estrella; esas que empiezan desde abajo y a puro empeño escalan posiciones hasta convertirse en ídolos, en jugadores que la gente aclama, a un integrante del equipo que los hinchas esperan para sacarse una foto.
Era el ejemplo a seguir, el muchachito que tenía muy en claro que era lo que deseaba, dejó tan buen recuerdo que su director técnico, Srebencko Repcic siempre recuerda: "Nunca iba a discotecas antes de los partidos, como hacían el resto de compañeros, era el jugador más dedicado”. La carrera de pequeño gigante iba en ascenso, pero el destino quiso hacerle probar un poco de sabor amargo así no crecía muy deprisa, a los diecinueve años el imparable, paró; más bien su pie lo hizo detenerse, sufrió una lesión que lo relegó de la posibilidad de ir a jugar al Paris Saint Germain y de jugar en "Le Championnat".
Pero no todo salió mal, el esfuerzo fue recompensado, el Le Mans, un club que ya se había interesado por él, antes de este incidente, lo fichó para ponerlo a prueba. Allí pasó los mejores años de su vida, conoció al entrenador Marc Westerloppe, que lo convertiría en el buen futbolista que es actualmente, para quién Drogba sólo tiene palabras de respeto y cariño: "Me preguntó si quería ir a jugar al Le Mans y luego me dio todo lo que soy ahora".
De allí pasó a la primera división en el Guingamp, y luego tras haber jugado un poco más de treinta partidos anota diecisiete tantos y su valor en el mercado aumenta hasta llegar a los 6 millones de euros en los que fue comprado por el Olympique de Marsella. Con este team llega a la final de la Copa de la UEFA, ese año el marfileño es elegido el Mejor Jugador de la Liga Francesa.
Cuan elefante que avanza atravesando todos los obstáculos, en estos años Didier fue imparable. En el Olympique se afianza como player internacional para llegar a ser citado por su selección y de allí al Chelsea de Inglaterra, siendo el mismo Abramovich quién se interesa por tenerlo en sus filas. Fue durante un cálido verano del 2004 cuando el "hijo pródigo" de Costa de Marfil se convierte en el fichaje más costoso de la historia del club londinense, que desembolsa 24 millones de libras por él. Ese mismo año se proclama campeón de la Copa de la Liga y vencedor de la Premier League en dos oportunidades, glorificándose con tan solo veintiséis años como uno de los cimientos del equipo más temible del mundo.
En el 2006 Didier dejó de soñar, no porque no quedaran más fantasías sino porque el más importante se hizo realidad. Con su gran talento, su extraordinario físico y con su notable técnica llevó a su querido país a disputar un Mundial de Fútbol, si bien el equipo tuvo poco tiempo de gloria el solo echo de participar fue motivo de orgullo para todos los compatriotas que hasta el día de hoy se sorprenden por lo que lograron. En esos doce meses, además llevó a los elefantes hasta la final de la Copa de África.
Didier Drogba es sinónimo de disciplina, virtud que sin dudas lo llevó al éxito, y además es un modelo a seguir, como lo fue para Tito su tío Michel Goba. Hoy el ídolo máximo es ejemplo para un sin fin de jóvenes marfileños que hoy siguen sus pasos: Salomon Kalou (Chelsea), Aruna Dindane (Lens), Arouna Kone (Sevilla), Boubacar Sanogo (Werder Bremen), Gervais Yao Kouassi “Gervinho” (Le Mans) y Bakari Koné (Niza), entre otros tantos ya surgidos, ni pensar en todos los que seguramente vendrán.
Sin dudas, en algún pueblo oscurecido por el hambre y la miseria, empiece a brillar una pequeña luz de esperanza en un niño pequeño con una pelota en sus pies, y puede que su tío le grite: eh Tito ¿Qué haces ahí atrás? ¡En fútbol la gente sólo mira a los delanteros!...

Italia: la terra di ciclisti


Por Marcela Ojea

En la esplendida Italia, ese pequeño país de Europa con cerca de cincuenta millones de habitantes, donde casi el setenta por ciento de la población vive en las ciudades y el resto en zonas rurales, los deportes son el principal atractivo que suelen disfrutar la mayoría de los tanos.
A pesar de que hace ciento cincuenta años que se produjo la unificación de los territorios, y surgió la Republica Italiana; los habitantes no se consideran un pueblo reciente, se tienen por descendientes de los antiguos romanos. Lo que los llena de aportes culturales con admirables artistas que brillaron gracias a sus aportes en la escultura, la arquitectura, la pintura, la literatura y la música.
Esta nación en forma de bota, tiene un clima diverso por las diferentes geografías que presenta. Hace un frío glaciar en las cumbres más altas de los Alpes, y un calor semitropical de las zonas costeras del mar de Liguria y las costas más bajas de la parte occidental de la península.
La variedad de temperaturas permite que se pueda practicar heterogéneas disciplinas como deportes de inviernos, ya que la infraestructura ha sido mejorada en los últimos años, poniendo los sitios de ski italianos al mismo nivel del de sus vecinos Francia y Suiza. Los 8.500 kilómetros de costa mejoran las posibilidades de bucear y pescar en las Islas Tremiti –ubicadas en el Mar Adriático-, y en las costas de Toscana.
Pero si hay que hablar del entretenimiento primordial de L'italiano, hay que hablar de los deportes. Los más practicados, sin lugar a dudas son el fútbol y el ciclismo, ellos se quedan con los galardones de masivos.
Prueba de la enorme calidad de los italianos en estas competencias son que la selección “azzurra” fue campeona de mundiales en cuatro oportunidades, y fue la última en colocarse en el lugar más alto del podio en el Mundial Alemania 2006.
Italia tiene su propia liga de fútbol que fue creada en 1898, y entre los equipos que más sobresalen están el Inter de Milán, la Lazio de Roma, la Juventus de Turín y el Parma. Su futbolista más destacado, en la actualidad, es Alessandro Del Piero quien en 2004 fue nombrado uno de los cien mejores jugadores de la historia según la FIFA, y en el 2006 anotó su gol número ciento ochenta y cinco jugando para la Juventus, y se convirtió en el máximo goleador de todos los tiempos de ese club.
Igualmente masivo es el automovilismo, pero escasos pilotos brillaron a nivel mundial. Quizás tenga que ver con ese amor a los fierros, que Italia posea la escudería más poderosa del mundo creada por el corredor Enzo Ferrari, que lleva su apellido. El más célebre volante fue Alberto Ascari que alcanzó dos campeonatos mundiales en la Formula 1, luego pero sin lograr consagrarse a nivel planetario, ni una sola vez están Andrea De Cesaris, Giancarlo Fisichella, Nicola Larini, Ricardo Patrese, y Alex Zanardi.
El ciclismo es el otro gran amor de los italianos, que además tienen como espectáculo reconocido mundialmente al Giro d´Italia, competencia que fue creada por el diario deportivo milanés, La Gazzeta dello Sport en 1909, que tiene la particularidad de que sus hojas son color rosado, y en su honor el líder del Giro lleva una malla de ese tono.


Il grande campione


En unas calles angostas, tan estrechas como pasillos, un niño de cabellos rubios montado en una bicicleta de carrera embala solo. No le importan los adoquines o las señoras gordas que se le cruzan con pañuelos en la cabeza y bolsas de mandados que le gritan: ¡curi, piccolo!.
El pequeño se apura, frena y a la bici se le levanta la rueda trasera. En la puerta de la fábrica de muebles, los hombres salen apurados para ir a sus hogares. El niño busca con la mirada a su padre, por fin lo encuentra, deja la bici en el suelo y corre a abrazarlo, el hombre de mameluco azul desteñido lo abraza y le palmea la espalda.
Es el mes de mayo de 1974, y la fiebre ha invadido a toda Italia. Las caras y lenguas desconocidas abundan por todas las ciudades, el Giro de Italia hace varios días que arrancó, y la “Fiesta de Mayo” con él.
Esa tarde, pasará por Lucca la caravana multicolor de ciclistas, y la ciudad natal del niño que se encuentra en la Toscana de Italia, se vestirá de alegría. El belga, Eddy Merckx encabeza la tabla, y el tano Felice Gimondi le pisa los talones como el año anterior.
-Padre più rapido, noi vedremo i ciclista – el chico tironea la mano de su padre. El hombre levanta la bicicleta y hace subir a su hijo al caño, y se dirigen a la ruta. Cuando van llegando a las murallas que rodean la ciudad, el alboroto se hace más grande, media localidad está a los bordes de la calzada aguardando el espectáculo.
De pronto, un hombre de “maglia rosa” es seguido por cuatro o cinco ciclistas, cuando reconocen a su compatriota que forma parte del tren inicial, todos aúllan: -¡Avanti, Felipe! ¡Avanti, Felipe!
Trece años después, en 1987, ese niño ganaría su primera competencia ciclística, el Regio-Tour. Torneo que se corre en etapas y que se disputa en las regiones fronterizas de Francia, Suiza y Alemania. Al año siguiente sería contratado por el equipo “Del Tongo” y la historia comenzaría a escribirse.
En 1989, lograría su primer gran triunfo en una etapa del Giro de Italia, tres enlaces del Tour de Pouilles, y la competencia de Firenze. Su principal aliada sería la fuerza de voluntad heredada de su fuerte carácter, y no de un díos; tendría la velocidad que sus piernas poderosas le brindarían, y no la de un furioso caballo rampante, rojo Ferrari.
El adonis sobre ruedas, empezaría a escribir su nombre en la historia del pedaleo. Mario Cipollini, sería sinónimo de carisma, de entrega y de ambición. Al igual que la extrema pasión por el perfeccionamiento permanente, sus explosivas escapadas, y escaladas de montañas; esos esprint que tantas mallas Verdes compatibilidad le entregaron. Cipollini, siempre por el interior de las curvas, por donde el radio es más corto, por donde menor es la distancia que recorrer y desde donde más fácil es trazar la línea recta imaginada e infranqueable.
Su interminable descaro y su poder sobre el pelotón, lo llevaron a convertirse en el Rey León, el exhibicionista que destronó a Alfredo Binda, quién poseía el récord de 41 victorias en etapas del Giro de Italia desde los años treinta, y este loco mediático con su afán de protagonismo, superó con 43 laureles en el 2003. Il Bello adoraba llamar la atención con sus trajes que él mismo diseñaba, y el equipo pagaba gustoso las multas porque no se permite usar maillots al margen de los colores de su Team, pero esas extravagancias le traían el doble de dinero en publicidad. Solía usarlos sobre todo en las etapas contrarreloj, o en prólogo del Tour y del Giro. Esas vestimentas de cuerpo entero simulaban muchas veces, rayas de tigre, de cebra o la musculatura humana.
El guapo del pelotón, tiene otro gran amor: las mujeres. Sus escándalos de faldas lo han llevado infinidad de veces a las tapas de los grandes medios de comunicación, para retratarlo con un ejemplo, una vez declaró que: “El doctor Ferrari ha cambiado mi plan de preparación. Hacía el amor cinco veces por semana con cinco mujeres distintas y ahora me ha dicho que es mejor que lo reduzca a tres”, y lo remató diciendo que tenía una novia y “seis mil amigas”.
El “Súper Mario” logró en diecisiete años de carrera 189 victorias de etapa -42 en el Giro de Italia, 12 en el Tour de Francia y 3 en la Vuelta España- y se proclamó Campeón del Mundo en ruta en 2002, por lo que obtuvo el premio de vestir durante todo el período la camiseta arco-iris.
En el 2002 obtuvo dos reconocimientos muy deseados por el mundo delciclismo, recibió “La Bicicleta de Oro” (Vélo D'Or) que es un galardón entregado anualmente por la revista francesa Velo Magazine al ciclista considerado por dieciocho periodistas como el más importante del año, y “El Mendrisio de Oro” que es un premio internacional concedido al mejor penalista profesional del año según el Velo Club Mendrisio, un club ciclista de Mendrisio, Suiza.
Este único personaje, como no podía ser de otra manera tuvo la particularidad de retirarse del ciclismo en dos oportunidades. La primera fue en el 2005 a apenas diez días antes del comienzo del Giro, en el cuál pensaba participar porque “le fallaban las piernas” según supo justificarse. La última y supuestamente la definitiva, fue en el 2008, cuando en el mundo de la serpiente multicolor lo estaba extrañando, volvió con el equipo estadounidense Rock&Republic, pero su incursión duró poco menos de tres meses.

Pasión India


Por Rocío Tauber

Hay un deporte que despierta a multitudes y eleva las almas de millones de personas… No, no es el fútbol, ni el tenis, ni el rugby. Se trata del criquet, el deporte más popular de la India.
Con aproximadamente 1.150 millones de habitantes, este país que es el segundo más poblado del mundo, ha hecho de este deporte un fenómeno social indiscutido. Aquí dentro del juego el único objetivo es ganar y desde afuera los aficionados se sienten por un momento fuera del mundo siguiendo con concentración las jugadas.
Un bate aplanado y una pelota de caucho hacen que once jugadores en dos equipos diferentes se enfrenten dentro de un campo ovalado. Para desentendidos, de eso se trata el juego. Padre del béisbol, el criquet tiene su origen en los principios de la historia india. En el siglo XVIII los británicos, dueños del territorio que por aquellos años era una colonia inglesa, fueron los que dejaron su marca.
Allí surge este deporte, que poco a poco fue creciendo en habilidades, dimensiones y seguidores. Con los años logró volverse una actividad profesional que actualmente mueve millones de dólares en negocios, publicidad y apuestas. También en sus estrellas, que ya muchos de ellos se convirtieron en ídolos nacionales. Uno de los más admirados es Sachin Tendulkar, que tiene el récord mundial de carreras y es considerado como uno de los mejores de la historia, como así también lo es Rahul Dravid, el capitán del seleccionado indio.
El deporte está presente en todo el país, desde las zonas ricas de Bombay hasta las callejuelas más pobres donde los jóvenes y niños sueñan con sus ídolos famosos en un improvisado partido. En esto no importan las barreras sociales, religiosas ni étnicas.
Aunque sí la situación histórica, que hizo del criquet un campo del batalla. India vs. Pakistán es un clásico que logra congelar a los habitantes de cada país frente al partido y puede enardecer aún más la competencia entre ambos territorios. La guerra se traslada al juego, pero la lucha aquí no es con armas, sino que lo primordial es la habilidad en el deporte.
La rivalidad tiene años de antigüedad y está centrada en Cachemira, un territorio que actualmente pertenece a la India, pero que los pakistaníes reclaman como suyo por tener mayor población musulmana. Este conflicto derivó en cientos de atentados, incontables heridos y numerosos muertos, desatando incluso dos guerras (1947 y 1965) y amenazando en 1998 con una confrontación nuclear.
Actualmente esa hostilidad entre ambos se descarga en el criquet, pero el contexto incluso llega a afectar el buen desarrollo del deporte. Un ejemplo de ello fue el actual traslado de la Liga India de Criquet a Sudáfrica por motivos de seguridad. Los ocho equipos jugarán fuera del país porque el Gobierno no puede garantizar la seguridad del torneo respecto al alerta terrorista que se ha declarado. Esto es porque coincide con las elecciones que se realizaran durante todo el mes, y el Ejército y la Policía no alcanzan para proteger también los estadios.
El pasado y el presente se conjugan en el criquet, debatiéndose entre el conflicto y la conciliación. India y Pakistán se unen en el amor puro y la pasión hacia este juego, pero eso no alcanza para poder superar la rivalidad bélica y lograr la paz aunque sea por un instante…ojalá que el deporte algún día pudiera alcanzar ese tan ansiado objetivo.

Diversidad geográfica, diversidad deportiva

Pero el criquet no es el único deporte. Debido a su topografía, a su variedad climática y a su gran extensión, la cantidad de actividades deportivas es múltiple en este país.
El Himalaya indio es un paraíso para el deporte de riesgo. El montañismo, el esquí, el rafting, entre otros, son algunas de las actividades que se practican aprovechando las condiciones naturales que existen allí.
El automovilismo y el tenis también tienen su lugar, aunque no son tan populares. Incluso por estos días, se ha anunciado que la Fórmula 1 se disputará en el territorio indio en el año 2011. Narain Karthikeyan es el primer piloto local que ha corrido en esta competición, uno de los más destacados en la India.
El tenis no es tan divulgado, pero los éxitos de Leander Paes y de Mahesh Bhupathi, como así también de la tenista Sania Mirza, han hecho que muchos se comiencen a interesar en este deporte. Los dos primeros se convirtieron en una institución deportiva en el país, juntos han ganado cuatro Grand Slam (Roland Garros 1999 y 2001, Wimbledon 1999).
Algo curioso ocurre con el hockey sobre césped, que de manera paradójica, es el deporte oficial de la India a pesar de su menor popularidad. Se trata de un deporte muy antiguo y aunque no se conoce su verdadero origen en el lugar, muchos creen que ha surgido en el continente asiático y que luego los colonos lo adoptaron y lo difundieron por Europa.
Una de las razones por la que el hockey no es tan masivo en la India se debe a que no se trata de un deporte profesional, como sí lo es el criquet. No genera contratos mediáticos, ni es publicitado, ni sus jugadores cobran millones de dólares. A tal punto que años atrás algunos de sus jugadores habían iniciado una huelga de hambre porque el gobierno centraba más su atención en el criquet y no reconocía al hockey.
La India es un país variado en cuanto a actividades deportivas. Pero sin dudas, las de ganar se las lleva el criquet que ha conquistado el territorio. Este es quien hace latir los corazones rápidamente, quien estalla las gargantas de miles de aficionados y quien hace que los indios se unan en un mismo grito de pasión.

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